El limón exprimido del fútbol


El Real Club Recreativo de Huelva, fundado el 23 de diciembre de 1889 por Charles Adams, Alexander Mackay y Wilhelm Sundheim entre otros, va a pasar a ser propiedad de unos empresarios uruguayos a la de ya. Se privatiza así una institución que, durante los últimos quince años, ha sido patrimonio de la ciudad a través de su prácticamente único accionista, el Ayuntamiento de Huelva.

Como ciudadano que vive en Huelva y que paga sus impuestos en Huelva, me siento propietario del 0.00000664041489% del Club y, por lo tanto, legitimado para expresar mi opinión y mis preferencias.

Siempre he defendido que no debía encontrarse entre las prioridades del Ayuntamiento mantener a flote al Recreativo. Ni en tiempos de bonanza ni en época de crisis. Los dineros públicos están para lo que están y son para lo que son. La cacareada “salvación” del Recre por obra y gracia de Perico Rodri privó a la ciudad de unos recursos económicos y patrimoniales que podrían haberse empleado en atender las necesidades de muchos barrios, construir y mantener más parques y jardines, mejorar los servicios sociales municipales o, directamente, contratar una flota de camiones para llevarse los fosfoyesos.

Este mismo argumento, el de las prioridades, es el que ahora esgrime el alcalde para justificar su decisión. De entrada, si antes el Recreativo era prioritarísimo, ¿por qué ahora no lo es? ¿Qué ha cambiado en este tiempo?

No, alcalde, no. No confundamos prioridades con urgencias. El Recreativo vuelve a estar enfermo, mucho más enfermo por cierto que cuando usted enarboló la bandera del recreativismo y, con aquel cambalache de terrenos, estadios y acciones, se inventó la medicina de la salvación. El problema es que, ahora, usted no tiene ya la medicina.

Si no he leído mal, los empresarios del Wanderers uruguayo se van a hacer con el Club a cambio de quedarse también con las deudas. Un precio irrisorio para todo un Decano del Fútbol Español. Es como el que compra un piso aprovechándose de que el propietario embargado está con el agua al cuello. Ahí viene mi objeción: nadie nos va a devolver a los ciudadanos de Huelva lo que durante todos estos años hemos puesto de nuestro bolsillo, lo que hemos perdido y a lo que hemos renunciado.

Esto que yo pretendo ahora ya no es posible. Lo hubiera sido cuando el Recre estaba en Primera, cuando el estadio se ponía a reventar cada domingo y cuando las televisiones aflojaban manteca a espuertas. Pero claro, entonces no se hizo, porque el Decano era prioritarísimo para la ciudad y sus gentes. Ahora, exprimido el limón, vamos a regalar la cáscara.

Comentarios

  1. Yo no lo hubiera dicho mejor. Perico sólo quiere al Recre cuando le saca algún voto

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