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Mostrando entradas de octubre, 2010

El rey y yo

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A la hora en que escribo esto, el rey debe estar en la Refinería. Yo, en cambio, estoy en la cama. La salud del monarca y la mía son preocupantes. Me llama la atención comprobar cómo desde hace un par de días, las redes sociales se han llenado de improperios contra Juan Carlos I y de vivas a la República, arremetiendo de paso contra todo lo que se ponga por medio, incluida una inversión de 1.100 millones de euros y la creación de 140 nuevos empleos, que como todo el mundo sabe es lo que nos sobra en Huelva, inversiones y empleo. Sin duda, me parece una muestra del abismo que separa el mundo virtual de un mundo real que consume con avidez productos televisivos folletinescos en los que se recrean los avatares históricos y sentimentales del Rey y su familia. Porque el Rey vende. El Rey lleva 35 años vendiendo España. Con aciertos y errores, como aquella historia del oso borracho y otros excesos propios de los Borbones. Quien quiera sostener que Juan Carlos I no le ha prestado un gra

Magia en las manos

Anoche tuve la suerte de ver actuar en Huelva a dos fenómenos, como son Raimundo Amador y Lolo Ortega. Fue en la Sala Habana, a la que debemos agradecer el esfuerzo que hace por traer de cuando en cuando buenos artistas a la Huelva marinera. Talento, técnica, conocimiento y arte a raudales. Son dos personas que llevan muchos, muchos años haciendo música, que llegaron a esto por dos caminos distintos, Raimundo desde el flamenco callejero y Lolo desde el blues caledónico, y que tienen las manos llenas de magia en cuanto se acercan a un trozo de madera con cuerdas. Como no soy crítico musical, no hablaré del concierto, salvo para decir que me encantó la versión bluesera de "A la Puerta de Teledo" y que me extasió ese apoteósico final -con Raimundo al bajo- rememorando a Hendrix. Tanto me extasié que se me olvidó sacar alguna foto o grabar un video con el móvil, así que me he molestado en buscar esto en el youtube para que no os quedéis con las ganas. Y esto de propina:

De cerdos y borregos

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Llegué a las redes sociales por dejarme llevar, por no quedarme fuera, por la moda y porque sí. Durante más o menos un año he usado el Facebook básicamente para reirme de mí mismo y con los demás, para pasarlo bien, para escuchar buena y mala música, para desahogarme y para coleccionar los momentos compartidos que merecen la pena. Unas veces más activo, otras menos, lo he incorporado a mí vida y lo he puesto al mismo nivel que el mando a distancia del televisor, por delante de la jardinería y por detrás de los bares. Desde que acabó el verano, y de forma moderada, lo uso también para expresar mi compromiso ideológico con el proyecto de cambio para la ciudad que representa la candidata socialista, Petronila Guerrero. Siempre lo he hecho desde el respeto a todo el mundo, por entender que la política no sólo deben hacerla los políticos y que Facebook puede ser un magnífico punto de encuentro. Yo intento convencerte a ti, tú intentas convencerme a mí, y seguramente por el camino ambos ap

Su multa, gracias

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Hoy me han puesto una multa. Me lo merezco, como casi todos. Ni siquiera me puedo cabrear, porque sabía que cualquier día me iba a caer. Es la típica maniobra fullera que todos hacemos para ahorrarnos dos minutos, a sabiendas de que el día que nos trinquen perderemos media hora y unos cuantos leuros. Pues me han trincado. De nada me han valido excusas ni triquiñuelas. Ni siquiera desplegando toda mi innata capacidad de seducción y encanto he logrado ablandar al benemérito agente, más aún habiéndome dejado la cartera con el carnet en casa y con un recibo del seguro de hace dos años. A lo que voy, el fiel servidor de la ley ha desenfundado una pda con un lápiz óptico y me ha sacado un tiquet, ofreciéndome a continuación una amplia y variada gama de modalidades de pago (en metálico o con tarjeta de crédito in situ, por internet, en oficinas de correos o en cualquier sucursal del Banco de Santander) e importantes ventajas por pronto pago, concretamente un 50% de descuento. Es el sign

El macauto

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Ya somos cosmopolitas. Tenemos el McDonald´s abierto las 24 horas del día, 365 días al año. Por si te da un ataque a las 5 de la mañana, ahí tienes tu BigMac, con McNuggets de pollo, papas fritas grande y bebida XXL. Huelva ha dado un gran paso hacia la modernidad. Tenemos McDonald´s full time, así que ahora ya -esta vez sí- podemos decir que ésta es una capital importante. Se acabó deambular de madrugada esperando a que abra el Picasso, se acabó la aceitosa costumbre de darse un atracón de churros en la plaza de toros mientras el sol se despereza sobre el Conquero. Huelva nace a un nuevo mundo de posibilidades de la mano de los profetas del cuarto de libra de ternera picada. Cuando Dick y Mac McDonald, en mayo de 1940, abrieron en San Bernandino (California) su primer establecimiento, no tenían ni idea del gran favor que setenta años después le harían a esta ciudad. No tengo la menor duda, de que, por San Sebastián, recibirán a título póstumo la medalla de la ciudad. Se lo merecen

Una tarde en el mercado

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Voy a tomar prestada la tarde de Mariví. Mariví ha ido esta tarde al mercado. Yo estaba trabajando, así que no creo que mi experiencia pueda resultar interesante para alguien. Por eso me apropio de la suya. Como casi todos los jueves por la tarde, Mariví ha ido al mercado, a darse una vuelta y a por un poco de fruta. Pescado había, tirado de precio, pero como se va de viaje este fin de semana a un sitio con mucha niebla (no lo revelo por motivos de seguridad) ha preferido no comprarlo, no se le vaya a estropear. Me cuenta Mariví que no había un alma, que muchos puestos estaban cerrados, y que quienes habían tenido el valor o la necesidad de abrir, se distraían espantando las moscas del género. "Manoli, ¿a tí te merece la pena abrir los jueves por la tarde?", le preguntó Mariví a su frutera de siempre, con la confianza que dan tantos años de fidelidad los sábados por la mañana en la antigua plaza de abastos. "¿Qué quieres que te diga, Mariví? Contigo, llevo tres client

Sin comentarios

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Una información de intendencia. Después de que varias personas y seres de todo credo, raza y condición me hayan alertado de que cuando entran en el Diario de Zizo les aparece en pantalla una alerta de troyano, y en previsión de que en un futuro más o menos inminente más de uno y de una se pueda estar cagando en toa mi casta porque en una tienda le cobren 60 euros por quitarle un virus, he traspasado el blog a otro proveedor. La cuestión no tiene la más mínima trascendencia. He rescatado todas las entradas (después de reflexionar durante toda la mañana sobre el sentido de la Hispanidad, claro) y las he puesto aquí, para que no se pierdan estas joyas de la literatura mercedaria. La única pega es que no puedo reproducir los comentarios a esas entradas anteriores, que con tanto esfuerzo y cariño -en términos generales- habíais tenido a bien dedicarme. Os lo cambio por un homenaje a todos los que hasta ahora habéis participado. Starring (in alphabetical order): La Vecina, Gambrinus, Ra

Hispanidad, qué bonito nombre tienes

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Mañana es el Día de la Hispanidad. También es el día del Pilar y el de la Menetérita, pero eso ahora no importa. Es una buena ocasión para preguntarnos qué significa para cada uno de nosotros la Hispanidad. La Hispanidad, el 12 de Octubre, conmemora la culminación de una gran aventura. El viaje de Colón junto a un buen número de marineros de estas tierras hasta el nuevo mundo en 1492 fue una hazaña tan grandiosa, tan gloriosa, tan valerosa, tan arriesgada y tan extraordinaria como lo fue la llegada del hombre a la Luna. El relativismo moral e histórico, que lleva básicamente a dudar de todo y a revisar una y otra vez los hechos pasados, ha cargado sobre la Hispanidad losas muy pesadas, como el genocidio de la población indígena, el expolio de los pueblos americanos o la conversión masiva al cristianismo por la fuerza de las armas. Probablemente sea así (o no; yo no estaba allí para verlo), pero lo que sucedió a partir del 12 de octubre de aquel año no desluce un ápice la epopeya

Ambiciones

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Lógicamente, hoy pensaba escribir sobre el rotundo éxito conseguido por la presidenta de la Diputación y su equipo (en especial... bueno, vamos a dejarlo), con la entrevista de anoche en el programa de Buenafuente. Por desgracia, se me ha adelantado mi amigo Fiscal, cuya certera mirada comparto plenamente y, por lo tanto, no abundaré sobre ello. Lo visto anoche me retrotrajo a otro episodio que tuve la suerte de vivir en primera persona y que, creo, guarda un cierto paralelismo. Me refiero a aquella bonita historia de un pueblecito alpino llamado Viganella, que quedaba en penumbra durante varios meses al año y cuyo visionario alcalde tuvo la idea de colocar un espejo en la cima de la montaña para reflejarlo sobre sus calles y plazas. El Patronato de Turismo de Huelva, que entonces comenzaba a impulsar la marca 'Huelva, La Luz', supo verle la punta, se incorporó a la iniciativa y consiguió una enorme promoción para nuestra provincia, contraportada en El País incluida. Con in

Un Nóbel como los de antes

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Hoy me he llevado una gran alegría. Le han dado el Premio Nóbel de Literatura a Mario Vargas Llosas. Conocí a Mario un día tomando un café en la Plaza de las Monjas. Ah, no, no era así. Hace años, cuando aún no me había transformado en un 'homo technologicus', leía libros. Leía como hay que leer, con pasión, con imaginación, con los cinco sentidos. Leía por la noche, pero también por la tarde, e incluso alguna mañana. Leía novelas, leía teatro. Leía con avaricia. A veces, me quedaba terminando un libro de madrugada, y acababa tan exhausto que luego no podía dormir. De Varga Llosa no había leído aún nada, hasta que un día de julio vi a mi padre poner un tocho en la estantería. Me llamó la atención. Era 'La guerra del fin del mundo', un huevo de páginas con la letra pequeña. Lo abrí con curiosidad y leí el principio: "El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Su piel era oscura, sus huesos prominentes y sus ojos ardían con fuego perpetuo"

¡Viva Huelva!

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Un presentador impresentable despedía anoche su tertulia en uno de los canales locales de televisión de Huelva de la siguiente manera: "Sólo nos queda despedirnos, agradeciendo su atención. ¡Viva Huelva!". Y aún uno de sus doctos tertulianos coreó con timidez: "¡Viva!". No voy a entrar en discusiones y debates. Me parece lo más cutre que se puede decir en la tele, sobre todo porque no viene a cuento. Pero nos da una idea de lo que nos espera en los próximos meses: otra oleada de onubensisimo desbordante (nacional-onubensismo creo que que lo llama con acierto el Odiel). Este buen hombre ha dado el pistoletazo de salida. A partir de ya, quien critica la gestión del Recre no quiere a Huelva, quien no come habas enzapatás es, por lo menos, sevillano, y quienes no hayan jugado de pequeños en la plaza de San Pedro, directamente, no cuentan. Esa actitud constituye, desde mi punto de vista, una traición a la propia esencia de Huelva, una ciudad de aluvi

Atracón 2.0

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Hoy me he hecho un Twitter. Suena fatal, pero es así. Esto de ser un ciudadano 2.0 me va a matar. Cuánto echo de menos los tiempos en los que apenas se escuchaba el alegre (onomatopeya) del Messenger con su carita verde. No sé a dónde llega este camino, supongo que a ninguna parte, pero ya dijo Machado que se hace camino al andar. A estas alturas, creo que cabe reflexionar sobre dónde termina la participación y empieza la saturación. El día no tiene horas suficientes para atender todas las alertas y notificaciones. De momento, voy a probar. A ver cuánto aguanto o cuándo reviento.

En forma

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Esta mañana he vuelto a coger la bici. Ahora me duele todo, creo que tengo hasta fiebre. De no ser porque había quedado a las nueve en el Puente Sifón con el gran Diego Sánchez Arenas y su espectacular Mondraker, habría hecho lo mismo que en los últimos meses: darme la vuelta y seguir durmiendo hasta que la autoridad doméstica determinase lo contrario. Pero no, me he levantado a las ocho y cuarto de un domingo feo, feo, y me he echado al carril-bici con el característico y ridículo aspecto que nos confiere el maillot ajustado a los amantes del ciclismo adscritos al sector barrigón, más proclives a disfrutar nuestro deporte frente al televisor que dando pedales. Datos ténicos: Tiempo, 1 hora y media. Distancia: 30 kilómetros. Velocidad media: no llega a 23. Descensos: vertiginosos. Ascensiones: lamentables. Estoy fatal. Ponerse en forma es duro. Pero hay que hacerlo. He aquí la enseñanza de hoy, pequeño saltamontes: Lo realmente duro no es pedalear, sino montarse en la bici. Ho

Un blog pa qué?

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Me han dicho que los blogs personales ya no se llevan. Que la vida 2.0, ahora, rebosa en el Facebook, o en el tuenti si tienes 20 años (que no es el caso), o en el twitter si eres capaz de resumir un pensamiento en 140 caracteres (que tampoco, salvo "me estoy meando" y cosas así). Serán ganas de llevar la contraria, como siempre. No me voy ni a presentar. Quien haya llegado hasta aquí, seguro que ya me conoce. Hola, llámame a ver si echamos una cerveza. Lo que voy a intentar es ordenar un poco la cabeza. Llevo 15 años corriendo por la vida como un loco. Me temo que me quedan muchos más, así que buscaré un ratito todos los días, cuando se acuesten los niños, para poner pamplinas, lo que en Huelva se llaman trocherías y en Alcolea atranquijos. Mañana le pregunto a Begoña cómo se dice en Valverde. Uf, ya estoy reventao. Mañana sigo.