Un poco de cordura


El Pais acaba de anunciar que mañana la Federación Española de Ciclismo absolverá a Alberto Contador de la sanción que le impuso tras dar positivo por clembuterol en el pasado Tour de Francia. No me puedo aguantar a mañana para celebrarlo (y para comentarlo).

Cuando se confirme la noticia, Alberto Contador habrá ganado probablemente la carrera más difícil de su vida como ciclista, y mira que ha hecho kilómetros. Pero es que resultaba completamente absurdo, injusto, desproporcionado y hasta ridículo lo que querían hacer con él.

Creo que la base de su absolución está, precisamente, en la desproporción del castigo. Contador, que cada año se somete a más de quinientos controles exhaustivos de sangre y orina, dio positivo en una única prueba en una cantidad ínfima de clembuterol, tan ínfima que era incapaz de propiciar ninguna mejora en su rendimiento deportivo.

Sin embargo, las autoridades del ciclismo, en esa cruzada contra el dopaje que tiene tanto de ejemplarizante como de suicida, quisieron aparcar a Contador en la cuneta durante un año y retirarle los laures del último Tour. El campeón español, armado de una legión de abogados, detectives en busca de solomillos y asesores de imagen, ha conseguido, si no se tuerce la noticia adelantada por El País, salir indemne.

Me gustaría que este caso sirviera para poner de una vez pie en pared. El ciclismo es demasiado hermoso como para seguir matándolo.

Comentarios

  1. Usted dice: "Poner de una vez pie en pared" qué bonita frase, proviene de un antiguo juego, el cual consistía en clavar en una pared a bastante altura del suelo una soga y trepar todo lo que se pudiera, asiéndose de ella y con la ayuda del apoyo de los pies en la pared, como si se caminara. La gracia consistía en ver las leches que se pegaban los jugadores in tentando mantenerse tenazmente con los pies en la pared. Este comentario a modo de digresión es sólo una aportación humilde a su blog.

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  2. Nada de humilde, señor Pérez. Es una aportación brillante pues nos permite aunar una cuestión de plena actualidad con otra cosa que no tiene nada que ver.

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  3. Haré un chiste fácil: Antes del próximo maratón que corra me meteré entre pecho y espalda un pedazo de chuletón con clembu; total, a mí no me van a hacer control... Ahora en serio, me alegro, pero coño, que la próxima vez tenga más cuidado, que la envidia es mu mala.

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