In the beginning: fijar el objetivo

Pasada la euforia postmarismeña, y con los 15 km de hoy dando bocaítos en las piernas, llega el momento de asomarnos a una de las cuestiones claves de la preparación del Maratón: el objetivo. Creo que acertar con el objetivo es lo que te puede acercar al éxito, y equivocarte te conduce irremediablemente al fracaso y, lo que es casi peor, al sufrimiento.

Los que corremos tendemos a soñar. Son muchas horas de soledad en las que, mientras las piernas trabajan, la cabeza a veces se entretiene correteando entre campos de margaritas y pompas de colores, te otorga superpoderes y te convierte en un coloso.

No es verdad. Gnoci seautón, escribieron los griegos en el templo de Delfos, que de esto de correr sabían tela. "Conócete a ti mismo", dijeron los inventores del Maratón. Por algo sería.

Hay cientos de webs que incluyen planes de entrenamiento para cubrir los 42.195 metros en 2 horas y 45 minutos, en 3 horas, en 3:15, 3:30, 3:45, en 4 horas o simplemente para terminarlos con algo de dignidad. Pero no te engañes: esto no es un wok en el que puedes levantarte a llenar el plato las veces que quieras. Escoge bien.

Se dice que todo lo que sea correr el maratón por debajo de las cuatro horas está bien. Pero... ¡Qué cojones! ¡Si tú tienes superpoderes, César! ¿Te vas a conformar, pringao?

Cabeza. Me quedan por delante cuatro meses de un trabajo duro, que tiene algunos días bonitos y muchos días muy feos. Cuando lleve tres meses entrenando estaré en condiciones de afinar el objetivo de la carrera, pero es ahora, al principio, cuanto tengo que marcar la hoja de ruta, con los riesgos que conlleva. ¿Para hacer qué marca voy a orientar el entrenamiento?

Venga, decídete.

No, mañana. Lo importante hoy era hacer la pregunta. Y ya está hecha.

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