Semana 15. No va más
Se acabó. Hoy sí. Se ha terminado el entrenamiento. Quedan siete días para el Maratón, el tiempo necesario para descansar, recargar los depósitos, mejorarse de esas molestias que asoman por aquí y por allá, hacer la maleta, viajar, recoger el dorsal... y comerse las calles de Barcelona.
Hoy ha sido el último entrenamiento, casi más un premio que un ejercicio. Charlando, a ritmo de 5:40, con una que se está viniendo arriba, Charo, otro que ya ha terminado, Julio, y otro que siempre está, Juan Mariano, riéndonos con las anécdotas de SerafínXDios, portador del recordman mundial de Maratón, categoría Geyperman, y soltando piernas y nervios.
Ha sido el remate a cuatro meses muy intensos. 1.032 kilómetros uno detrás de otro desde aquel 20 de noviembre, dos días después de la Travesía de Marismas del Odiel, en que rodé tranquilo 45 minutos y empecé a escribir este blog.
Este tiempo ha tenido cosas muy buenas. Me quedo sobre todo con el descubrimiento de un grupo extraordinario de gente cuya única pretensión en esto es divertirse corriendo: los Runners La Palmera. Muchos de ellos me han hecho más llevaderos los entrenamientos: las tiradas largas de diciembre por los toboganes con Ismael, Miguel Polvorinos o Dani; las series por el parque de Zafra con Juan Córdoba y Ale; los circuitos por cuestas con Miguel Verdejo; los sueltapiernas como el de hoy con Julio y Juan Mariano.
Sois muchos los que me habéis acompañado en estas 16 semanas. La mayoría, leyendo estas entradas semanales o simplemente dándole al botón de "me gusta" sin siquiera leerlas. No importa, da igual. Me vale como motivación en esta doble aventura de entrenar un maratón y de contarlo en un blog. Os agradezco a todos vuestro interés y vuestro apoyo.
El domingo espera el premio: Barcelona. He trabajado mucho y bien. Con cabeza, constancia, fuerza, entrega y disciplina. Ya os dije que el planteamiento de la carrera es salir para hacer 3 horas y 20 minutos. Es ambicioso, pero hay que salir a un ritmo, y yo he elegido ese. El maratón dirá si son 3:20, 3:30 o 3:40. Pase lo que pase, estoy satisfecho.
Semana 15. El diluvio universal
Ha sido una semana tontísima con esto de la lluvia. Creía que este año me había librado de la odiosa cinta de correr, sin saber que la muy puñetera se estaba reservando para el final. En medio de este diluvio, no ha quedado más remedio que subirse al potro de tortura y empezar a darle a todos los botones: más rápido, más despacio, mas inclinación, menos inclinación... Pero no negaré que hasta me he divertido haciendo series y cuestas sin moverme del sitio, sobre todo con la que estaba cayendo fuera.
Tres días seguidos de cinta son demasiados, así que el fin de semana, Dios, en su infinita bondad, me ha premiado con una tregua y he podido pisar por última vez mis dominios. El sábado, última sesión dura, con dos series de 5 km por debajo de 4:30 (¿quién lo diría en noviembre?) en el carril-bici de Huelva a Punta Umbría. Y hoy domingo, paseo por la ría de Huelva hasta Colón y vuelta. Total, que a lo tonto a lo tonto han caído otra vez casi 75 kilómetros esta "semana suave".
Me queda una única entrada por escribir. Nos vemos a la vuelta.
Hoy ha sido el último entrenamiento, casi más un premio que un ejercicio. Charlando, a ritmo de 5:40, con una que se está viniendo arriba, Charo, otro que ya ha terminado, Julio, y otro que siempre está, Juan Mariano, riéndonos con las anécdotas de SerafínXDios, portador del recordman mundial de Maratón, categoría Geyperman, y soltando piernas y nervios.
¿Había márco más incomparable y mejor compañía para rematar el plan de entrenamiento? |
Ha sido el remate a cuatro meses muy intensos. 1.032 kilómetros uno detrás de otro desde aquel 20 de noviembre, dos días después de la Travesía de Marismas del Odiel, en que rodé tranquilo 45 minutos y empecé a escribir este blog.
Este tiempo ha tenido cosas muy buenas. Me quedo sobre todo con el descubrimiento de un grupo extraordinario de gente cuya única pretensión en esto es divertirse corriendo: los Runners La Palmera. Muchos de ellos me han hecho más llevaderos los entrenamientos: las tiradas largas de diciembre por los toboganes con Ismael, Miguel Polvorinos o Dani; las series por el parque de Zafra con Juan Córdoba y Ale; los circuitos por cuestas con Miguel Verdejo; los sueltapiernas como el de hoy con Julio y Juan Mariano.
Sois muchos los que me habéis acompañado en estas 16 semanas. La mayoría, leyendo estas entradas semanales o simplemente dándole al botón de "me gusta" sin siquiera leerlas. No importa, da igual. Me vale como motivación en esta doble aventura de entrenar un maratón y de contarlo en un blog. Os agradezco a todos vuestro interés y vuestro apoyo.
El domingo espera el premio: Barcelona. He trabajado mucho y bien. Con cabeza, constancia, fuerza, entrega y disciplina. Ya os dije que el planteamiento de la carrera es salir para hacer 3 horas y 20 minutos. Es ambicioso, pero hay que salir a un ritmo, y yo he elegido ese. El maratón dirá si son 3:20, 3:30 o 3:40. Pase lo que pase, estoy satisfecho.
Semana 15. El diluvio universal
Ha sido una semana tontísima con esto de la lluvia. Creía que este año me había librado de la odiosa cinta de correr, sin saber que la muy puñetera se estaba reservando para el final. En medio de este diluvio, no ha quedado más remedio que subirse al potro de tortura y empezar a darle a todos los botones: más rápido, más despacio, mas inclinación, menos inclinación... Pero no negaré que hasta me he divertido haciendo series y cuestas sin moverme del sitio, sobre todo con la que estaba cayendo fuera.
Tres días seguidos de cinta son demasiados, así que el fin de semana, Dios, en su infinita bondad, me ha premiado con una tregua y he podido pisar por última vez mis dominios. El sábado, última sesión dura, con dos series de 5 km por debajo de 4:30 (¿quién lo diría en noviembre?) en el carril-bici de Huelva a Punta Umbría. Y hoy domingo, paseo por la ría de Huelva hasta Colón y vuelta. Total, que a lo tonto a lo tonto han caído otra vez casi 75 kilómetros esta "semana suave".
Me queda una única entrada por escribir. Nos vemos a la vuelta.
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