Media Maratón Sevilla-Los Palacios. La gloria debe esperar

Primera prueba seria en la preparación del Maratón de Barcelona. Si soy honesto conmigo mismo y tuviera que ponerme nota, creo que lo justo sería no darme más de un 6. Porque 1 hora 39 minutos y 23 segundos con el día que hacía y como era el recorrido no es mala marca, pero tampoco muestra un progreso claro fruto del entrenamiento al finalizar el primer mes. Hay que seguir trabajando.

En el aspecto más positivo, creo que he leído muy bien la carrera, una media maratón Sevilla-Los Palacios que desde el principio se presentaba muy traicionera. El recorrido es, la verdad, muy feo: 5 kilómetros por un polígono industrial a las afueras de Sevilla, otros 13 por una carretera estrecha sin mucho sentido y otros tres por el pueblo de Los Palacios hasta la línea de meta.
El trío de mentirosos, al finalizar la carrrera,
como si nada. Pura pose

La sensación -creo que errónea- de que el trazado era un subeybaja permanente y, en especial, el viento que en algunos tramos soplaba de costado con fuerza, hicieron la carrera muy pesada. No me sentí verdaderamente cómodo en ningún momento y eso quizá es lo que más te condiciona.

Como siempre, nos habíamos confabulado para ir a un ritmo reservón. "Salimos a 4:45 y luego apretamos un poco", acordamos en la línea de salida los tres. Mentiraaaaa.... 4:33 el primer kilómetro, 4:31 el segundo.... Halaaaa, ya empezamos. Convencido de que, a esa marcha no iba a aguantar, levanté un poquito el pie y dejé que Javier y Miguel se fueran unos metros por delante.

Primer objetivo en carrera: voy a intentar mantener el ritmo medio en 4:36, que es el de la mejor marca que tengo en medio maratón, y si, cuando queden cuatro o cinco me veo bien, apretaré el paso. Ahí es donde se notó la dureza de la carrera: imposible, se me iban muchos kilómetros por encima de 4:40.

Gran detalle el que tuvo la Cruzcampo con los
corredores para recompensarnos el esfuerzo
Pero si decía que lo más positivo ha sido saber leer la carrera es por algo, que además es lo que más me puede ayudar el día del Maratón: ir regulando el esfuerzo para mantener una velocidad, sin desfallecer. Y así fue. Cierto es que el castigo del viento (20 km/hora me dice el Garmin) te va minando, gastando, aburriendo... pero llega un momento en el empiezas a ver que son pocos los te adelantan y algunos más los que tú vas pasando, así que te vienes un poquito arriba.

Ese poquito fue suficiente para alcanzar a Miguel ya en las calles de Los Palacios y hacer juntos esos últimos tres kilómetros urbanos. Hasta llegar a punto no paraba de preguntarme por qué esta carrera tiene tanta fama y 39 ediciones a sus espaldas, si es lo más inhóspito y monótono que he corrido nunca. Pero entras en el pueblo y... la cosa cambia. Envidia he sentido de ver tantísima gente en la calle animando y haciendo grande "su" carrera. Las señoras mayores sentadas con las sillas en la puerta de sus casas apludiendo me han parecido una estampa única y preciosa y el ambiente en la recta final era digno de un maratón grande.

En resumen: un toro difícil esta media maratón, en la que era complicado cortar oreja y que encerraba muchas posibilidades de llevarse una cornada. Faena con oficio que no quedará para los anales. La gloria debe esperar a otro morlaco más propicio, que diría Ángel Cervantes.

Aquí os dejo registro de la carrera:


A todo esto: ya está hecho el primer mes. Parece mentira, pero el 25% del camino a Barcelona ya es historia. Con el cierre de la cuarta semana, en la que debo agradecer la ayuda de Ale Vasallo el jueves en esas series 10x400 bajo la lluvia por el parque de Zafra, toca ahora pasar de la mejor forma las dos semanas críticas de las Navidades.




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