Semana 8. Hola, soy tu fatiga


Qué hay vieja amiga. Cuánto tiempo sin verte, fatiga. Te he echado de menos.

Ya os dije que esto es muy duro. La acumulación de entrenamientos empieza ya a pasar factura. Estamos justo en la mitad de la preparación del Maratón de Barcelona, finalizada la semana 8 de 16. Queda por delante un mundo en el que la exigencia es cada vez mayor. Miro el plan de entrenamiento y da pánico sólo de pensar lo que me espera.

El organismo debe asimilar el entrenamiento, y esa asimilación tiene lugar durante el descanso. El Excel puede decir lo que quiera, te puede organizar la semana con cinco sesiones y ochenta kilómetros, pero si las piernas dicen que no hay tu tía... pues no hay tu tía.

Dicen los expertos del runnning que el descanso es casi tan importante como el ejercicio. Alguno, como Enric Llinares, llega a decir que "el descanso es el mejor entrenamiento de los corredores". Yo creo que exagera un poco, pero sí es cierto que una correcta combinación de ejercicio y descanso es la que marca el camino de la mejora en el rendimiento.

Después de dos semanas muy intensas durante las navidades, con más de setenta kilómetros en cada una, han aparecido señales de alerta, que no es lo mismo que señales de alarma. El cuerpo está hablando y hay que escucharlo. Cuando un día te planteas un cómodo rodaje de nueve kilómetros y ves que no puedes con él, hay que tomar medidas.

Recomienda Javier Sánchez-Beaskoetxea en su blog "El sueño de Nueva York" que en la preparación del maratón "cada tres semanas es conveniente hacer una semana con menos días de entrenos y menos kilómetros (aunque sin bajar el ritmo)". Me parece tan buen consejo que lo voy a seguir.

Semana 8

La semana anterior finalizaba con una segunda tirada larga de 25 kilómetros que ya casi al final encendió un pilotito naranja. Descanso el lunes, pilotito apagado. Llega el martes, uno de esos días de los que luego te acuerdas, cuando durante los 42 kilómetros repasas los cuatro meses que has dejado atrás.

Llevaba todo el día lloviendo y ya había decidido que correría en la cinta una hora en lugar de hacer series por la calle. Pero puso Ismael en el grupo de whatasapp la frase mágica: "casi ha pasado y por Portugal ya no viene lloviendo", así que a la calle. No paró de llover en la hora y media que estuvimos dando vueltas. Primero, 30 minutos a 5:06. Después, alrededor de las carpas de la avenida de Andalucia, cuatro series de 2.000 metros a 4:35, 4:29, 4:26... y vámanos ya, que vamos a coger una pulmonía,... 4:36 de camino al centro, empapados.

Tan convencidos estábamos de que iba a escampar...
No creo que fuera por la mojá, pero lo cierto es que al día siguiente, en que lo previsto era un rodaje de 45 minutos que suelo hacer viniéndome desde el trabajo en Aljaraque hasta Huelva, las piernas no iban, la respiración no iba, nada iba. La sensación era de fatiga extrema, tanto que el pilotito se volvió a encender, pero esta vez en rojo.

Lo suyo era parar un par de días para descansar, así que el jueves me quedé aparcado y el viernes... ya no me pude aguantar. Son los remordimientos, qué le vamos a hacer. Ropa corta y a la calle: 12 km a una media de 4:45. Parece que la crisis ha pasado. El sábado, de nuevo lloviendo, visita al gimnasio para afrontar la tirada del domingo: medio maratón a 4:48. No está mal para salvar una semana muy complicada.

Este es el resumen semanal:


En quince días es el Medio Maratón de Sevilla y ahí sí que quiero hacer una buena marca, así que voy a intentar mantener el nivel de entrenamiento en esta semana novena para bajar el pistón en la décima y llegar al 28 de enero con el depósito lleno. Eso sí, sin perder de vista el pilotito...

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