Un año en 2.091 kilómetros.
Pues eso. Que dice el Garmin que en 2017 he corrido 2.091 kilómetros. Dos mil kilómetros es ir de Huelva a Pamplona, tomarse un pacharán y volver. Dos mil kilómetros en un año vienen a significar que no he dejado de correr en estos últimos doce meses, que el ritual de calzarme las zapatillas, encender el mp3 y echarme a la calle supone una parte esencial de mi día a día.
Al final, cada uno hace con su vida lo que buenamente puede o le dejan. Construye unos equilibrios de rutinas y hábitos, compone un puzzle con el que procura obtener un paisaje agradable cuando apaga la lámpara de la mesilla de noche.
En ese equilibrio, correr no es la parte mas importante, ni mucho menos, pero sí la me que produce la satisfacción más intensa. Por eso estoy tan agradecido de haber podido correr estos 2.091 kilómetros durante 2017. No he tenido lesiones, ni grandes contratiempos, hasta la climatología se ha aliado. Es estupendo que, dos mil kilómetros después, aquí sigamos los tres -la izquierda, la derecha y yo- con las mismas ganas de seguir disfrutando.
Semana 6. La barrera de los 70 km
La semana ha sido rara, rara, que diría el doctor Iglesias Puga. El asedio de gripes y catarros que nos rodea a todos en estos días me alcanzó de lleno y me mandó a la cama jueves y viernes. Pero recordaréis que ya os conté el tema de los superpoderes, así que conseguí recomponerme y finalizar el año como se merece: superando ya la barrera de los 70 km. semanales y cumpliendo la primera tirada larga de más de dos horas.
Muy productivo el entrenamiento del martes, 10 km. a 5:00 y otros 5 km. en los que Ismael me sometió a un exigente ritmo de hasta 4:20. De esas veces que ves que no llegas, no llegas, no llegas... hasta que llegas. También positivo el miércoles, un buen grupo que nos juntamos para hacer un recorrido por casi todas las cuestas de Huelva. Muy entretenido y un buen aporte de cara a coger fuerza para el maratón.
Tras la convalecencia, tocaba intentar asegurar al menos el cumplimiento del plan de entrenamiento, así que faenita de aliño el sábado y tirada larga de 25 kilómetros el domingo. No era el día de hacer alardes con el mal cuerpo que llevaba encima, de manera que puse la máquina a velocidad de crucero y cubrí el objetivo incluso mejor de lo que cabía esperar.
Al final, cada uno hace con su vida lo que buenamente puede o le dejan. Construye unos equilibrios de rutinas y hábitos, compone un puzzle con el que procura obtener un paisaje agradable cuando apaga la lámpara de la mesilla de noche.
En ese equilibrio, correr no es la parte mas importante, ni mucho menos, pero sí la me que produce la satisfacción más intensa. Por eso estoy tan agradecido de haber podido correr estos 2.091 kilómetros durante 2017. No he tenido lesiones, ni grandes contratiempos, hasta la climatología se ha aliado. Es estupendo que, dos mil kilómetros después, aquí sigamos los tres -la izquierda, la derecha y yo- con las mismas ganas de seguir disfrutando.
Semana 6. La barrera de los 70 km
La semana ha sido rara, rara, que diría el doctor Iglesias Puga. El asedio de gripes y catarros que nos rodea a todos en estos días me alcanzó de lleno y me mandó a la cama jueves y viernes. Pero recordaréis que ya os conté el tema de los superpoderes, así que conseguí recomponerme y finalizar el año como se merece: superando ya la barrera de los 70 km. semanales y cumpliendo la primera tirada larga de más de dos horas.
Muy productivo el entrenamiento del martes, 10 km. a 5:00 y otros 5 km. en los que Ismael me sometió a un exigente ritmo de hasta 4:20. De esas veces que ves que no llegas, no llegas, no llegas... hasta que llegas. También positivo el miércoles, un buen grupo que nos juntamos para hacer un recorrido por casi todas las cuestas de Huelva. Muy entretenido y un buen aporte de cara a coger fuerza para el maratón.
Los señores de las cuestas |
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