El rey y yo
A la hora en que escribo esto, el rey debe estar en la Refinería. Yo, en cambio, estoy en la cama. La salud del monarca y la mía son preocupantes. Me llama la atención comprobar cómo desde hace un par de días, las redes sociales se han llenado de improperios contra Juan Carlos I y de vivas a la República, arremetiendo de paso contra todo lo que se ponga por medio, incluida una inversión de 1.100 millones de euros y la creación de 140 nuevos empleos, que como todo el mundo sabe es lo que nos sobra en Huelva, inversiones y empleo. Sin duda, me parece una muestra del abismo que separa el mundo virtual de un mundo real que consume con avidez productos televisivos folletinescos en los que se recrean los avatares históricos y sentimentales del Rey y su familia. Porque el Rey vende. El Rey lleva 35 años vendiendo España. Con aciertos y errores, como aquella historia del oso borracho y otros excesos propios de los Borbones. Quien quiera sostener que Juan Carlos I no le ha prestado un gra